A David Beriain Amatriain, nuestro orgullo.

Le quedan pocas trincheras al periodismo en la televisión" | Todas las  noticias de Palencia

El poeta Miguel Hernández describía en la Elegía a Ramón Sijé su muerte como “un manotazo duro, un golpe helado, un hachazo invisible y homicida, un empujón brutal”. Así, hemos sentido su familia, sus amigos, todo Artajona y seguro que la misma Tierra la muerte de David.

Se han escrito ríos de tinta, cientos de compañeros y amigos han querido agradecerle su trabajo, su amistad, su forma de ser. Nosotros no podíamos ser menos y por eso queremos dedicarle unas palabras, aun a sabiendas de que cualquier cosa que digamos nunca estará a la altura de su calidad profesional y humana.

David ha muerto asesinado. Sin rencor, con las botas puestas, defendiendo la naturaleza y tratando de mostrar una realidad que ahora queda oculta, la de esclarecer el comercio ilegal de marfil. Una historia y un misterio sobre el que llevaba mucho tiempo detrás. Ha muerto luchando por un mundo mejor, en este caso un mundo con elefantes y en paz.

Los que tuvimos el privilegio de conocer a David, sabíamos que era una persona especial. Intentaba hacer todo perfecto, intentaba hacer siempre lo correcto y eso es muy difícil. Para hacerlo hay que pagar un altísimo precio, pero también es cierto que, por eso, todo lo que conseguía, que ha sido mucho, ha tenido un valor excepcional, un valor incalculable que no se puede medir ni en audiencia ni en premios ni en dinero.

Estaba repasando la vida de David, desde la escuela hasta la creación de la productora, 93 metros, pasando por el instituto, la universidad… y la verdad es que David nunca ha dejado de crecer. Seguía creciendo y creciendo, madurando, aprendiendo hasta transformarse en un referente, una persona que genera confianza infinita.

Regando con otros miembros de Aitakaio en San Antón.

David era amante de su pueblo, de Artajona, le gustaba caminar plácidamente por el camino de los atxerukos. Enseñaba a sus amigos el atardecer y los mares de ondulante cebada desde ese banco de piedra que hay en lo alto del Dorre.

Pero lo que poca gente sabe es que David tenía el record del mundo (15 horas 35 minutos) como rodeador de Artajona.  Si alguien quiere vivir una gran aventura no le hace falta irse hasta el Amazonas o al corazón de África.  Es suficiente con recorrer a pie todo el perímetro de nuestro pueblo, pero siendo purista, buscando cada mojón, cada tablilla de coto de caza, sin rodearlo por detrás ni por delante.  Aquel que lo intente lo tendrá difícil para orientarse, tendrá que atravesar las selvas de coscoja e ilagas. Si lo van a intentar lleven ropa a prueba de zarzas.

Así era David, un ser que amaba, amaba lo que hacía y a hacía lo que amaba. Y para amar algo hace falta conocerlo con intensidad. Amaba a sus padres, a su hermano, a su mujer y a todas y cada una de las personas de su vida, pero con ese amor que nace del conocimiento y que de forma mágica te hace disfrutar y vivir con mas intensidad.

Yo nunca había sido consciente pero cada conversación con David era transcendental, era apasionada y respetuosa. Seguramente él sabía que esa podría ser la última conversación, la última sonrisa, el último abrazo.

Me gustaría dejar claro que David Beriain ha vivido su sueño, un sueño que no era nada fácil de conseguir. David, ha sido hijo, hermano, amigo, compañero incluso padre, no ha tenido hijos pero ha sido padre. Padre de tantos amigos que queremos aprender de él.

Y digamoslo claramente, David es un héroe, que ha salvado vidas y ha arrojado luz a las injusticias. Aunque a él le diese vergüenza esa calificación. Para él los héroes eran todas las personas anónimas que madrugan cada día, o a las que luchan por sus familias en los hospitales en las residencias cuidando a los más vulnerables. Pero ya en su primer trabajo salvó con su denuncia a los pacientes de un psiquiátrico en Santiago del Estero, (estaban sufriendo abusos sexuales) y en el último («Jesús que sofoco, trabajando hasta el último día» decía Sergio Caro) ha contribuido a poner fin al problema del yihadismo en el Sahel. Entre uno y otro, tantos y tantos reportajes y tantas y tantas personas agradecidas, tantos y tantos amigos, tantos y tantos periodistas a quienes ha dado trabajo a quienes ha ayudado a viajar a contar el mundo y a seguir luchando.

El periódico El País https://elpais. ha publicado que en el momento del ataque David y Rory Young se negaron a huir dejando atrás a Roberto que estaba gravemente herido. Desgraciadamente no consiguieron salvarle pero David, aun al precio más alto, hizo lo correcto y de esa forma salvó su propia conciencia y su propia vida.

David con Juanje en la celebración del Día del Árbol

«David, no sé si sabes que esta vez no has escrito una historia épica. No, no lo has hecho , ni la has grabado, ¡la has vivido! Con tanta intensidad que quedará escrita en la historia. Pero no sólo en los libros de historia. En la historia de nuestro pueblo, que es la única que a ti te importaba.

David eres los ojos que todo lo querían ver, los oídos que siempre están dispuestos a escuchar, pero sobretodo eres la voz. La voz de los desarrapados que no podían hablar, de los abandonados  a los que iban a matar y eres la voz que va a sonar en nuestro interior cada vez que necesitemos saber que hacer, como afrontar el futuro y como ser mejores.»

Gracias David.

David en Santiago del Estero (El liberal, Argentina)


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